La biblioteca parroquial (ideas para una parroquia)

La tercera propuesta que hacemos es la de crear una biblioteca parroquial, modesta, pero que pueda convertirse en un lugar de esparcimiento y estudio. Puede estar abierta por las tardes y los fines de semana, atendida por algún feligrés voluntario. Los libros y revistas pueden ser de temas variados como los que se encuentran en una biblioteca cualquiera, y religiosos, con material catequético incluído. Se trata de ofrecer un servicio más a los feligreses. Un lugar en que los padres puedan entretenerse mientras esperan que acabe la catequesis de los hijos. O donde niños y adolescentes acudan a hacer sus deberes y a estudiar si es que en su casa no les es posible o no disponen de una biblioteca  más cercana. Basta con que tenga unas tres o cuatro mesas y unas tantas estanterías, y que sea un lugar tranquilo y agradable para leer, con buena iluminación. Dicha biblioteca también puede utilizarse para reuniones y charlas si es que no es demasiado pequeña. Como colofón de esta propuesta, dejamos esta sentencia de san Agustín: "Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros".

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