Feliz Navidad y Feliz Año 2020
Después de mucho tiempo, retomo este sitio para desear a los lectores una Feliz Navidad y un Feliz Año Nuevo 2020. La Navidad es un tiempo de luz y alegría. Reunirse en torno a la mesa, disfrutar de ricos manjares, intercambiarse regalos, compartir las vivencias con aquellos a los que hace mucho que no hemos visto..., son algunas de las esencias de estos días tan especiales, podríamos decir que mágicos. Para los cristianos es el momento ideal para reflexionar sobre la transcendencia del nacimiento de Jesús, de Emmanuel, Dios con nosotros. Su mensaje no propugna la rotura de cadenas políticas o económicas; es un mensaje de liberación, sí, pero de liberación espiritual, ética y moral. Un mensaje que el calor de la Navidad ayuda a visualizar de nuevo, igual que la llama de una vela, al acercarse a un pergamino con un mensaje secreto escrito con tinta especial, lo hace visible al ojo humano. La Navidad nos recuerda que debe haber en nuestra vida espacio para la alegría y para el regocijo. El género humano no está solo ante la incertidumbre del dolor y de la muerte. Jesús, el Salvador, nos dice que podemos combatirlas y derrotarlas. Esa es la alegría de la Navidad.
Para ilustrar nuestra felicitación hemos escogido esta magnífica representación de la Natividad proveniente de la iglesia de Santa Maria de Avià, en la comarca del Berguedà, Cataluña (España). Pertenece al frontal del altar y está datado en el siglo XIII. La pintura románica tenía un carácter eminentemente didáctico, es decir, buscaba enseñar a los feligreses, muchos de ellos analfabetos, las verdades de la religión católica. En esta pintura no faltan el buey y la mula que nos incitan a pensar en el hecho de que toda la Creación, seres humanos y animales, reconocen y veneran la llegada del Redentor.
Para ilustrar nuestra felicitación hemos escogido esta magnífica representación de la Natividad proveniente de la iglesia de Santa Maria de Avià, en la comarca del Berguedà, Cataluña (España). Pertenece al frontal del altar y está datado en el siglo XIII. La pintura románica tenía un carácter eminentemente didáctico, es decir, buscaba enseñar a los feligreses, muchos de ellos analfabetos, las verdades de la religión católica. En esta pintura no faltan el buey y la mula que nos incitan a pensar en el hecho de que toda la Creación, seres humanos y animales, reconocen y veneran la llegada del Redentor.
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