Poema de Navidad
Ante el portal, de rodillas
nos ponemos a rezar
que Jesús el Niño Dios
nos colme de felicidad.
El buey y la mula nos miran,
pues conocen la verdad:
que Dios nunca nos deja
y nos quiere acompañar.
Por eso nos envía a su Hijo,
maestro de toda humildad,
camino seguro al Cielo,
donde nos quiere esperar.
Los pastores están contentos,
nadie los puede echar,
José y María son pobres
pero ricos en caridad.
Y cuando lleguen los Magos
a Jesús coronarán
con oro, incienso y mirra,
que huelen a eternidad.
Ante el portal, de rodillas,
nos venimos a postrar
para ver sonreír al Niño.
como en cada Navidad.
nos ponemos a rezar
que Jesús el Niño Dios
nos colme de felicidad.
El buey y la mula nos miran,
pues conocen la verdad:
que Dios nunca nos deja
y nos quiere acompañar.
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maestro de toda humildad,
camino seguro al Cielo,
donde nos quiere esperar.
Los pastores están contentos,
nadie los puede echar,
José y María son pobres
pero ricos en caridad.
Y cuando lleguen los Magos
a Jesús coronarán
con oro, incienso y mirra,
que huelen a eternidad.
Ante el portal, de rodillas,
nos venimos a postrar
para ver sonreír al Niño.
como en cada Navidad.
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