Ante el belén

Ante el belén nuestra mirada se ensimisma con las figuras del nacimiento, de los pastores arrodillados ante el Niño, de los Reyes que avanzan hacia el portal... Los sentimientos de nuestra niñez afloran de nuevo y nos devuelven la paz que el trasiego de la vida ha ido mermando. Y pedimos a Jesús que no perdamos la ilusión por la vida. ¡Qué bien tan preciado! ¡Cuánto hemos recibido! Nuestra vida ha estado jalonada, y lo sigue aún, por tantas personas buenas que nos han dado lo mejor de sí. Nosotros también hemos hecho un buen papel, no siempre, pero lo suficiente para estar satisfechos. Que la Navidad, con toda su carga espiritual y todas sus bendiciones nos devuelva la sonrisa y nos dé la energía suficiente para seguir nuestro camino sin mirar atrás con amargura, sino con alegría. Que los Reyes Magos con su sabiduría y su generosidad nos muestren el camino de la estrella y así, siguiéndola, lleguemos a la meta, donde ojalá nos premien con la corona que nunca se marchita. ¡Felices Fiestas!

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