Una fe sin fronteras
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La fiesta de los Reyes Magos, de los sabios venidos de Oriente como en realidad los describe el evangelio de Mateo, es una invitación a la globalización de la fe, por usar términos modernos. El nacimiento de Jesús y sus consecuencias no dejaban de ser hasta ese momento un asunto interno judío. El rey Herodes así lo entiende y lo interpreta en clave religiosa pero también política: ¿llegará ese niño a "moverme la silla"? La aparición de esos magos extranjeros, sin embargo, llevaron el fenómeno del Mesías más allá de las fronteras del pequeño pero seguro mundo del Israel de hace 2000 años. Se daba a entender así que su mensaje no estaba destinado solamente a los circumcisos descendientes de Abraham, sino a cualquier persona de corazón abierto, sin importar su raza, su credo o su lugar de nacimiento. Los magos debían ser, a todas luces (y nunca mejor dicho) paganos, es decir, que no creían en el Dios de la Biblia, pero eran inquietos y se interesaban por desentrañar el senti...