Caerse del caballo
Hoy, festividad de San Pablo, nos viene a la cabeza su famosa caída del caballo. Esa imagen tan impactante es el paradigma de todas las conversiones. No hay para menos. La evolución de Pablo de Tarso, de perseguidor feroz de cristianos a adalid del cristianismo, nos hace ver cómo todo es posible en el terreno de la fe. Nadie puede declararse 100% impermeable. Pero lo importante de todo esto no es cómo fue la conversión, sino la conversión en sí misma. Todos tenemos un Pablo dentro nuestro que nos arrastra por los caminos del orgullo, la autosuficiencia y la intolerancia. Y a su vez, todos somos capaces de liberarnos de esos yugos y dejarnos llevar por la humildad, la caridad y el amor. Aunque nos parezca que nuestras vidas nunca podrán escapar a la aridez del egoísmo, el mensaje de Jesús, y Él mismo, nos esperan con los brazos abiertos para que, cuando caigamos del caballo, no nos lastimemos sino que nos levantemos con ganas de vivir según los mandamientos de la ley de Dios. Aquellos ...